lunes, 28 de enero de 2013

La resistencia contra la #minería en Mesoamérica


Asesinatos, persecución a líderes, criminalización de la protesta e incluso el racismo y el paternalismo, son manifestaciones de la intromisión de las empresas mineras y el contubernio con los gobiernos locales.


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Por: Iracema Gavilan

Capulálpam de Méndez, Oaxaca. Las diversas experiencias de lucha que llevan a cabo los pueblos de Chicomuselo, Chiapas; Veracruz; Cerro de San Pedro, en San Luis Potosí; y Capulálpam, Oaxaca, en México; así como en Guatemala, Honduras, El Salvador y Canadá, reunidas en el Encuentro de Pueblos de Mesoamérica, se refirieron, entre otros temas, a los problemas de salud provocados por alimentos cultivados en tierras y aguas contaminadas por la minería, tales como deformaciones congénitas en rostro, abortos, partos prematuros y otras enfermedades visibles en la piel. Denunciaron también las estrategias de soborno y cooptación que realizan las empresas mineras hacia los liderazgos comunitarios y el vínculo que mantienen con los gobiernos locales. Incluso se habló de la contratación de sicarios, quienes persiguen a los líderes en beneficio de las empresas, canadienses en su mayoría.  En cuanto a los procedimientos de exploración y de obtención de concesiones, las comunidades revelan el nulo acceso a la información sobre el tema, la ausencia de explicaciones técnicas e impedimentos para realizar investigaciones, así como la falta de transparencia y legalidad en la realización de las Manifestaciones de Impacto Ambiental.

Del 17 al 20 de enero se realizó en Capulálpam de Méndez, en la Sierra Norte de Oaxaca, el Encuentro de Pueblos de Mesoamérica, con la asistencia de comunidades y pueblos pertenecientes a Guatemala, El Salvador, Puerto Rico, Honduras, Argentina Canadá y México, así como redes y medios libres locales e internacionales. Las jornadas versaron alrededor de tres paneles que tuvieron por tema común el análisis de la minería y su impacto en la Región Mesoamericana.

Las organizaciones y comunidades asistentes advirtieron que el extractivismo se basa en una ideología que enfatiza el progreso y el desarrollo y que en la práctica justifica la acumulación de ganancias, a partir de la explotación de la naturaleza y por medio del capital especulativo y la conjunción de actores políticos y de gobiernos que otorgan los permisos correspondientes al capital nacional  y transnacional.

El extractivismo es, por lo tanto, un emblema de la modernidad que no sólo abarca la minería sino los servicios ambientales, los parques eólicos, las represas y las hidroeléctricas que son también implementadas por empresas mineras para el abastecimiento de la energía en las minas.  Los panelistas señalaron  los impactos en la biodiversidad por la contaminación del suelo y los manantiales y denunciaron las estrategias y procedimientos en los cuales incurren las empresas mineras para la obtención del consentimiento parcial de las comunidades.

Por ello es importante reconocer al extractivismo como parte de un modelo que se ha implementado en Mesoamérica y que genera una serie de impactos culturales, sociales, económicos, políticos y psicológicos sobre las comunidades, porque su discurso e ideología son dominantes en el sentido de que se justifica el saqueo y la comercialización de los bienes comunes. Esta dominación que tiene distintos rostros es todavía más violenta, pues usa viejas estrategias como el compadrazgo y el cacicazgo, la división comunitaria, los sicariatos, el uso de la fuerza pública y militar, y disfraza nuevos discursos bajo la sustentabilidad, el progreso, la responsabilidad social o el bienestar para generar empleos e infraestructura para la comunidad. “Algunas de las empresas reparten despensas y juguetes en las plazas públicas, construyen escuelas, pequeñas clínicas e incluso museos”, señaló Letizia Silva, del FAO.

Lo anterior develó cuestiones importantes en términos de la acción y la organización comunitaria, que versan alrededor de la resistencia cultural por un lado, y por el otro, en la diversidad de estrategias que las mineras emplean para obtener el consentimiento comunitario, siendo en muchos de casos actos violentos bajo manifestaciones ideológicas, discursivas e institucionales.

La resistencia cultural comunitaria

La erosión de la identidad y de la cultura a partir de la mercantilización de la tierra, el aire, los bosques, los manantiales, los cerros y los senderos; el rompimiento de los lazos comunitarios, la cooptación de liderazgos y la consecuente toma de decisiones de manera distante a la asamblea; los asesinatos, la persecución a líderes, la criminalización de la protesta e incluso el racismo y el paternalismo, son manifestaciones de la intromisión de las empresas mineras y el contubernio con los gobiernos locales.  De acuerdo a las experiencias compartidas de Honduras, Guatemala, El Salvador, Canadá y México, se puede afirmar que son características del proceso extractivista que experimentan las comunidades campesinas, indígenas y de afrodescendientes, en las cuales coinciden los yacimientos minerales, de petróleo, bosques, acuíferos y, en suma, áreas únicas en términos de su biodiversidad.

Durante el Encuentro de Pueblos de Mesoamerica ¡Sí a la Vida, No a la Minería!, se reconoció que los impactos anteriores son comunes en la región, y se ponen en marcha mediante la violencia extrema que las empresas extractivas y los gobiernos respaldan para proteger la propiedad privada. Los asistentes no dejaron de enfatizar una cuestión importante como resultado de la intromisión de las empresas en territorios indígenas y que tiene que ver con la reorganización comunitaria, a partir de la violencia en las comunidades también ha crecido su fuerza interna  en torno a la asamblea y la unidad de diversas comunidades que comparten la lucha, han recuperado paulatinamente los valores, las prácticas, las cosmovisiones y las relaciones comunitarias ancestrales.

El proceso de resistencia en las comunidades, señalaron las autoridades tradicionales de Capulálpman de Méndez, tiene fundamento en los principios de la organización que la caracteriza, es decir, el fortalecimiento de la comunidad a través de la unidad de sus autoridades tradicionales y municipales. Su historia de lucha inicia en los diálogos intergeneracionales entre los abuelos y los comuneros jóvenes sobre el saqueo de oro y plata para el enriquecimiento ajeno; siendo la asamblea el espacio para la participación y la toma de decisiones, declararon en el año 2006 una lucha frontal, y dijeron “No a la minería” en los terrenos comunales, planteando así una nueva relación respetuosa y no conflictiva con el gobierno federal para tomar las decisiones sobre la propiedad del subsuelo. Con una experiencia minera de 200 años, las comunidades zapotecas identificaron que toda la riqueza que proviene del oro y la plata de su subsuelo nunca los benefició y en cambio les dejó pobreza y el desecamiento de 13 manantiales. Además de la recuperación de la memoria histórica y de la comunidad, los mayores lograron generar conciencia sobre la importancia de preservar los valores y prácticas culturales de Capulálpan, con el fin de impedir el saqueo de los lugares sagrados de las montañas, donde realizan la petición de lluvias.

Acciones desde la organización local-regional

El “modelo extractivista” es una forma estandarizada y generalizada desplegada en América Latina, Europa, Asia y África, donde participan las mismas empresas y las mismas leyes y procedimientos que son identificables: la generación de riqueza a través de la producción masiva de productos a bajos costos. Esta producción  acelerada y a gran escala se lleva a cabo sin regulaciones, sin pago de impuestos, sin las compensaciones ambientales y bajo subsidios gubernamentales y el amparo de los tratados de libre comercio, explicó Gustavo Castro, de la organización Otros Mundos, A.C.-REMA.

Agregó que esta industrialización masiva que incluye la industria automotriz, la eléctrica, farmacéutica, del entretenimiento, el turismo, la alimentación de la vivienda, publicidad, la pesca, la construcción de hidroeléctricas, los monocultivos de soja, palma de aceite, eucalipto, maíz, plátano, tomate o piña, pone precio a las funciones de la naturaleza y le otorga propietario. Afirmó que no solamente generaliza la industrialización masiva sino el saqueo de los bienes comunes que son culturales, como los lenguales y los símbolos. El extractivismo dijo “se lleva vidas y la felicidad a través del rompimiento de las comunidades y el uso del miedo”.

Este proyecto generalizado en Mesoamérica produjo interrogantes entre la  Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA). ¿Qué hacer? ¿cómo combatir este modelo? ¿cuáles son las alternativas? Organizaciones como la REMA buscaron la integración local-regional y conformaron el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero  (M4); en conjunto plantean mecanismos de prevención a través de la información y la detección de lugares donde se realizan las prospecciones, y promueven el intercambio de experiencias para el fortalecimiento de los territorios. Este movimiento mesoamericano contra el extractivismo minero identifica además tres formas posibles para la organización y la acción: la resistencia pasiva, la resistencia activa y la resistencia propositiva. La primera significa no hacer lo necesario ante determinada situación de injustica; la segunda equivale a salir a la calle y movilizarse para detener un proyecto minero; la tercera es una resistencia que impulsa a plantearse formas distintas de vida al capitalismo depredador y otra relación con la Madre Tierra.

Los diversos panelistas señalaron que  hay aún mucho trabajo por hacerse en términos de las campañas de prevención, de la integración de las redes, de sistematización e intercambio de experiencias locales-regionales y de la presión a las instituciones para los seguimientos judiciales; recalcaron que el modelo extractivista en Mesoamérica impone nuevos modos de vida y otras relaciones sociales, no obstante que es en la comunalidad que los pueblos y organizaciones encuentran el aprendizaje para resistir dignamente por los bienes comunes que son de las futuras generaciones y de la humanidad.

El rol del Estado en la imposición del extractivismo

Desde Canadá hasta Argentina, el modelo extractivista no difiere del régimen de gobierno, puesto que se trata de un modelo basado en la acumulación de ganancia a costa de la explotación de la naturaleza y la fragmentación de los lazos comunitarios. Tanto los gobiernos derechistas, como el de Canadá, México, Honduras, Guatemala, y los del socialismo del siglo XXI o progresistas como el de Ecuador o Argentina; o bien pluralistas como el de El Salvador, basan sus economías en el extractivismo.

En el caso mexicano se evidenciaron las anomalías en Cerro de San Pedro, donde a pesar de los logros judiciales, la lucha ha imposibilitado expulsar a la empresa minera, debido, en principio, “al modelo extractivista que se ha implantado en la Nación y que es impulsado por los gobiernos federales y estatales”, señaló Rurik Hernández de FAO-REMA.

En el caso de Honduras, se habló del grado de violencia, tanto por la militarización de los territorios de afrodescendientes, campesinos e indígenas, como por la intervención extranjera (en territorio hondureño existen tres bases militares estadounidenses), como por la existencia de sicariatos y militares entrenados en la Escuela de las Américas. Juan Almendares denunció la guerra que los gobiernos mantienen contra los pueblos para apoderarse de los territorios  y dijo que los “Estados de derecho tienen leyes sometidas a los intereses multinacionales”

“Los gobiernos terminan dando permiso al capital nacional y transnacional”, y esta relación, puntualizó Alejandro Villamar, de REMA, “sostiene y apoya la lógica desarrollista especulativa que causa daño a las comunidades”. En este sentido, los gobiernos en sus distintos niveles tienen un rol determinante en todo el proceso que conlleva la definición de las concesiones mineras: en el plano económico sostienen la ideología y narrativas del desarrollo y progreso a partir de la minería y la privatización de los bienes comunes; desde el marco político-jurídico realizan las maniobras necesarias para ajustar las leyes de propiedad del subsuelo, de aguas, de minería, de tenencia de la tierra y de libre mercado; en términos administrativos, cancelan las posibilidades de consultas libres, informadas, legales y bajo el consentimiento de las asambleas, autoridades comunitarias, autoridades municipales, representantes de instituciones ambientales y de derechos humanos. Los gobiernos son también responsables de la violencia ejercida en las comunidades, que se manifiesta en la corrupción, la criminalización de la protesta, la cooptación, la intimidación y los asesinatos por parte de las empresas mineras. En suma, la minería significa un retroceso en cuanto a los logros del movimiento indígena, puesto que demerita la autonomía y la libre determinación de los pueblos y comunidades y repercute en el ejercicio de los derechos humanos a partir de la defensa del territorio.

En síntesis, el Encuentro de Pueblos de Mesoamérica ¡Si a la Vida, No a la Minería! trajo nuevas reflexiones, alianzas y propuestas alternativas desde las cosmovisiones, los valores, los modos de vida y las formas organizativas comunitarias. En cuanto a las estrategias para la prevención, consideraron clave el intercambio de experiencias, la documentación e investigación, pero sobre todo, en lo que respecta a la resistencia comunitaria, los participantes concluyeron que se requiere del fortalecimientos de las asambleas como figuras organizativas y espacios únicos y legítimos para la toma de decisiones sobre el usufructo de los bienes comunes; la recuperación de los valores y las cosmovisiones y las relaciones comunitarias determinan la fuerza de una comunidad y su capacidad organizativa en un plano global. La mayor evidencia de este encuentro es que la esperanza por otros mundos posibles unifica las luchas por la vida y los bienes comunes que pertenecen a todos.

lunes, 21 de enero de 2013

El conflicto minero en #CerrodeSanPedro. #minería #mineríatóxica

Por: Mario Martínez Ramos, Héctor David Covarrubias Rendón, 
Carlos Covarrubias Rendón y Tonatiuh Hernández Correa


[FOTO: FAO, mina de oro a tajo a cielo abierto en Cerro de San Pedro, S.L.P.]

La construcción del territorio y del desarrollo, por parte del capital y los pueblos en la zona conocida como Cerro de San Pedro, área metropolitana de la capital de San Luis Potosí, se podría comprender bajo una serie de tensiones y disputas entre el espacio lineal, universalizante y el lugar, compenetrado de diversidad, de localidad, atravesados por la corta y larga duración histórica.

Estas tensiones –que pudieran partir desde el descubrimiento del mineral en el Cerro de San Pedro en 1592, o incluso antes- son subyacentes a las geografías semidesérticas y están inscritas en la Gran Chichimeca, la Tierra Nómada en términos de Fábregas Puig. Frontera entre cultivadores y cazadores complejos, que obligó a formular tecnologías especiales de colonización, disímiles a las hechas en el centro y sur del país. Formas que fraguan preguntas clave para comprender la actual región, entre otras, la presencia tlaxcalteca, el rancho, la hacienda, la villa, el presidio y la misión.

La presencia del poder colonial en esta zona se dio a raíz de los hallazgos de la riqueza mineral. Dicha explotación está plagada por la discontinuidad, bajo periodos de bonanza y declive, que provocaron el abandono del lugar hacia 1622. En 1699 resurge por la extracción de plata sosteniéndose hasta 1736. En 1767, en un periodo de declive minero, se gestaron “los tumultos”, originados por el intento de regular la explotación minera artesanal. Dichas rebeliones llegaron a la capital potosina, en barrios ocupados por los indígenas nativos, a excepción de aquellos habitados por tlaxcaltecas.

En 1816 renace el lugar con la instalación de la mina Victoria. En 1925 con la política agraria atada a la norma fundante de 1917, se dota de ejido a Cerro de San Pedro. Se intentó hacer la reconversión de la actividad minera a una de producción agrícola, sin embargo, el proceso se estancó con la llegada de la compañía minera estadounidense ASARCO en 1928, que duró hasta 1948. Ante ello, la mayoría de sus habitantes y ejidatarios, se trasladaron a otros territorios, principalmente al municipio potosino de Charcas, y a Parral, Chihuahua. Con la reforma a leyes agrarias y mineras de finales del siglo XX, se propició la llegada al país de empresas mineras, en el caso que nos ocupa la Minera San Xavier (MSX).

Casi paralelamente, a finales del siglo XX, se da el regreso de antiguos habitantes de Cerro de San Pedro, los cuales son los fundadores del movimiento de resistencia al actual proyecto minero. Una de sus primeras acciones fue la constitución del Patronato Pro Defensa del Patrimonio Histórico y Cultural de Cerro de San Pedro. Estos sujetos han resignificado su territorio, presente en su memoria colectiva; en consonancia con la movilización social han tejido audiencias dentro y fuera del país y lazos con diversos sujetos emergentes. Posteriormente formaron un frente compuesto de ambientalistas, académicos, artistas, sindicalistas y estudiantes enriquecidos con la precisión de los argumentos históricos, culturales, ambientales y jurídicos.

Entre sus herramientas de lucha destaca el uso alternativo del derecho; de internet, y la implementación de alternativas económicas y culturales, que van desde la organización de festivales, protección de naturaleza endémica, pequeños proyectos productivos e incluso restauración de casas con valor histórico.

Se podría advertir que la creación del territorio y de otras nociones del desarrollo desde el lugar, por parte de estos actores, se ha dado en un marco de resistencia multivariada histórica y coyuntural, abierta y carente de dogmatismos, en tanto a formas diversas de resignificar el pensamiento y la acción colectiva, presente en sus distintas escalas, enclaves para futuros proyectos societales que lo hacen parte de nuevos actores en resistencia sobre el actual territorio conocido como Latinoamérica.

Acciones colectivas contra-hegemónicas, en tensión y disputa con la crudeza del actual capitalismo neocolonial, junto a sus síntomas más evidentes de crisis civilizatoria, la construcción hegemónica del territorio y del desarrollo y su nueva tecnología expoliadora tanto del ser humano como de la naturaleza, representada entre otras, en grandes proyectos mineros a cielo abierto.

Desde: La Jornada del campo


miércoles, 16 de enero de 2013

La ILEGAL Minera San Xavier, un Tribunal, el PDUCSP y sus autores.


BOLETÍN DE PRENSA

Caso Minera San Xavier  y el Plan de Desarrollo Urbano de Cerro de San Pedro y Centro de Población. (PDUCSP)


  • Minera San Xavier defiende sus ilegales permisos
  • La inconstitucionalidad del PDUCSP y sus autores
  • Tribunal colegiado busca argumentos favorables a MSX


Después de varios desafortunados intentos de Minera San Xavier mediante amparos por desaparecer el Decreto publicado en el periódico oficial del 24 de septiembre de 1993 “Plan de Ordenación de San Luis Potosí y su Zona Conurbada” que declara la zona del municipio de Cerro de San Pedro como Zona de Preservación de la Vida Silvestre y prohíbe la instalación de actividades industriales, y que es precisamente donde se asienta el criminal proyecto a tajo a cielo abierto de esta transnacional canadiense,  esta empresa en complicidad con los gobiernos del citado municipio y del estado, así como de la UASLP cuyo Rector es ahora flamante Presidente Municipal del municipio de San Luis Potosí, diseñaron otra forma de desactivar el mencionado decreto que fue el principal sustento del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa para sentenciar en 2004 y ratificar en 2005 la anulación  lisa y llana del proyecto de la mencionada empresa minera, sentencia que por cierto las autoridades correspondientes se han negado a dar cumplimiento.

Para el perverso plan, desde junio del 2011 los arriba señalados iniciaron reuniones los lunes en la Secretaría de Economía del estado a fin de diseñar un Plan de Desarrollo Municipal mediante el cual se pretendía anular el Decreto de 1993 en el que están inmersos los cinco municipios conurbados a la ciudad capital, así en marzo de 2012 fue publicado el dichoso plan en el periódico oficial del estado y posteriormente en un diario local.

Fue tan jurídicamente artesanal como arbitrario el diseño de este Plan conocido luego como el PDUCSP que sin el consentimiento de los municipios que lo integran, sin el dictamen de congruencia que por ley tiene que dar la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (SEGAM) y en total incongruencia jurídica con las normatividades estatales y federales, fue aprobado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas estatal. Esto motivó su impugnación mediante amparo por parte de Pro San Luis Ecológico A.C, y tocó al -desde hace años cooptado por la empresa minera- Juzgado Primero de Distrito resolver el juicio, no encontró como sobreseerlo y argumentó dolosamente que se interpuso fuera de tiempo, más no pudo evidenciar la argumentación de fondo.

Obviamente inconforme con el resolutivo del juez Primero de Distrito, Pro San Luis Ecológico interpuso un recurso de revisión que toco resolver al también semi-cooptado Segundo tribunal Colegiado del noveno Circuito, lo de semi cooptado es porque en la resolución que este dio al recurso, dos de los tres magistrados también en forma dolosa con argumentos carentes de motivos y fundamentos legales ratificaron la resolución del Juez Primero de Distrito.

Resulta que el restante magistrado Pedro Elías Soto -que originalmente había elaborado el proyecto resolutivo que venía a favor de Pro San Luis Ecológico- no se sumó a la corrupta resolución a la que agregó su voto particular en el cual con fundamentos de plena consistencia jurídica cuestiona y exhibe los falsos argumentos de sus dos compañeros magistrados y su arbitraria resolución, incluso denuncia que las jurisprudencias por estos invocadas ni siquiera encuadran con el asunto a resolver.

Posteriormente, un habitante del poblado afectado interpone un amparo similar contra el mencionado PDUCSP agregando el argumento de que SEMARNAT otorgó una tercera autorización para la operación del proyecto de Minera San Xavier justificándola con el hecho de que ahora ya no tenía motivos para negarla porque ya el uso de suelo de Preservación de la vida silvestre que impedía la actividad minera, el PDUCSP la había cambiado a uso minero. Este amparo se interpuso invocando el artículo 114 de la Ley de Amparo como primer acto de aplicación.

Este amparo toco resolverlo al Juzgado Auxiliar Cuarto de Distrito con sede en Guadalajara, Jal. La Juez encargada de resolverlo haciendo un análisis minucioso de los agravantes expuestos por el quejoso resuelve la nulidad del PDUCSP demostrando su inconstitucionalidad y por consiguiente de la autorización que en base a este Plan otorgó SEMARNAT a Minera San Xavier para el desarrollo de su proyecto.

Resulta que Minera San Xavier interpone un recurso de revisión contra la citada resolución; aun cuando la fundamentación de la nulidad es prácticamente inatacable, la empresa tiene la ventaja de contar con el control del ya mencionado Segundo Tribunal Colegiado, que es el que va a resolver la revisión.

Si hubiera honestidad y este Tribunal Colegiado resuelve conforme a derecho, New Gold-Minera San Xavier se quedaría sin justificaciones leguleyas y dejaría de manifiesto y sin lugar a dudas que desde su llegada ha estado operando en la total ilegalidad por operar en una zona prohibida para este tipo de actividades, y así lo reconoce  SEMARNAT al aclarar que dio su autorización porque ya el uso de suelo no es de preservación de la vida silvestre sino minero, aceptando en forma tácita que las anteriores autorizaciones las otorgó premeditadamente en forma ilegal.

Esta autoridad ambiental desde hace tiempo preparó su coartada y trata de lavarse las manos, en un informe justificado que le solicitó un juzgado de Distrito declaró que las autorizaciones que le ha otorgado a la empresa minera en cuestión, son solo una aceptación ambiental que de ninguna manera implican permiso para que opere, que estas autorizaciones se  dan sin perjuicio de la decisión de las autoridades municipales ya que son ellas las únicas facultadas para negar o aceptar este tipo de proyectos, pero claro, omite decir que fue ella la que desde un principio, para ser exactos, el 8 de agosto del año 2000 otorgó el cambio de uso de suelo a Minera San Xavier a sabiendas de que existía el decreto de septiembre de 1993. También se olvida que en su momento, cuando el Pleno de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa le ordena comunicar por oficio a Minera San Xavier la nulidad lisa y llana de la autorización ambiental y cambio de uso de suelo que ilegalmente le concedió el 26 de febrero de 1999, en pleno desacato lo que hizo fue otorgarle otra autorización.

13 años de lucha jurídica en la que desde 2004 los más altos tribunales del país nos dieron la razón declarando la nulidad definitiva del proyecto de Minera San Xavier y ratificada dos veces más, en el 2005 y 2009, por razones muy obvias, resulta que esos mismos tribunales fueron tejiendo una estrategia pseudo jurídica mediante la cual poco a poco fueron revirtiendo una resolución que ellos mismos habían resuelto como cosa juzgada hasta ordenar en diciembre del 2012  que fuera archivada por carecer de materia. Caso increíble pero cierto…

El papel que han jugado las autoridades municipales en este caso es crítico, ya que con todo conocimiento de causa,  han estado concediendo durante 12 años permisos y licencias para el desarrollo ilegal de la actividad minera, como son la de uso de suelo, de construcción y  de operación, además de influir como en este caso en el cambio de uso de suelo, violando un decreto que como ya anotamos anteriormente prohíbe la actividad minera en esa zona.

Cerro de San Pedro, S.L.P. Enero 16 de 2013
“FAO”

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jueves, 10 de enero de 2013

Idle No More/Basta de Pasividad - La lucha en Canadá

  • ¿Qué buscamos y hacia dónde nos dirigimos?


[Imagen: IdleNoMore.ca]


Por: Pamela Palmater
Enero de 2013 - Traducido del inglés por Olimpia Boido
Artículo original: Rabble.ca

La Dra. Pamela D. Palmater es abogada, del Pueblo Mi’kmaw, y miembro de la comunidad Eel River Band First Nation en la provincia de New Brunswick, al oriente de Canadá. Da cátedra sobre derecho, política y gobernabilidad indígena en la Universidad de Ryerson y dirige el Centro para Gobernabilidad Indígena que allí se sitúa.

Me honra la invitación de las fundadoras de Idle No More/Basta de Pasividad a ser una de sus organizadoras y voceras. La labor con este movimiento es una extensión natural del trabajo que ya realizamos con dirigentes y ciudadanos/as de los Pueblos Originarios.

En estas semanas, los medios ansiaban saber cómo comenzó el movimiento, qué buscamos, y hacia dónde nos dirigimos. En mi calidad de vocera, he intentado responder partiendo de lo que me compartieron algunos/as participantes del movimiento:


En esta oportunidad, querría hablar sobre estos temas partiendo de mi perspectiva personal. A continuación presento mis opiniones, puntos de vista, y deseos personales en relación al movimiento Idle No More/Basta de Pasividad.

El movimiento Idle No More/Basta de Pasividad forma parte de un movimiento indígena más amplio que se viene gestando desde hace años. Militantes indígenas en todo el país han estado observando la situación política y legislativa en Canadá tanto a nivel federal como provincial, y coordinando esfuerzos para compartir esta información con miembros y dirigentes de las comunidades indígenas en relación a cualquier tipo de posible amenaza. Hicimos notar una clara agenda de asimilación que emergió dentro del gobierno conservador y comenzamos a planificar cómo abordar este asunto si el Primer Ministro Stephen Harper  insistía en la implementación de este plan.

Por supuesto que intentamos repetidas veces utilizar las avenidas más comunes para abordar nuestras cada vez mayores preocupaciones incluyendo el cabildeo, campañas de cartas, atestiguar ante el Senado y Parlamento, y reuniones interminables con diputados/as, senadores/as, ministros/as y otros/as – sin resultado alguno. Al gobierno de Harper no le interesa platicar con nosotros/as, y menos le interesa consultarnos u obtener nuestro consentimiento. En vez, Harper decidió utilizar la Asamblea de Pueblos Originarios (Assembly of First Nations) como su principal medio para tomar decisiones. El gobierno de Harper armaba la agenda, creaba los planes de acción conjunta, y por su propia cuenta decidía lo que se discutía y no se discutía. En otras palabras, Harper logró imponer a fuerza de intimidación su plan de asimilación en la agenda del tema “Pueblos Originarios” sin casi ningún chillido de oposición a nivel político.

En la Reunión Estado-Pueblos Originarios (Crown-First Nation Gathering – CFNG) en enero del 2012, Harper prometió a los Pueblos Originarios que su gobierno no modificaría ni revocaría de manera unilateral la Ley India (Indian Act). Luego de la CFNG, rompió esa promesa y emprendió un agresivo plan legislativo incluyendo más de 14 propuestas de ley que devastarán a los Pueblos Indígenas de varias maneras. Es la nueva versión del Libro Blanco 2012 – en vez de ser una política, como el Libro Blanco de 1969 que buscaba la asimilación de los indios, el plan de Harper será una ley. Esta es la chispa que puso en marcha al movimiento Idle No More/Basta de Pasividad.

Siempre supimos que en algún momento se requeriría una acción, pero la legislación presentaba una amenaza inminente y requería una movilización inmediata. Así fue que se creó un movimiento. En los primeros días, había quienes lo llamaban movimiento Idle No More/Basta de Pasividad,  o quienes lo identificaban como movimiento de derechos indígenas, pero todos y todas estábamos de acuerdo en que debíamos oponernos inmediatamente al plan legislativo de asimilación de Harper. Muchas de las actividades en los primeros días incluyeron talleres para ayudar a explicar los efectos posibles de la legislación para los Pueblos Indígenas y, lo que es más importante, qué podíamos hacer para oponernos.

Las primeras protestas comenzaron en oposición masiva al proyecto de ley polifacética C-45, pero más tarde incorporaron también las demás.

[artículos en inglés]

-'First Nations Fiasco' – Legislación para Pueblos Indígenas creará un lío social y legal 

-'When Legislators Make Bad Law: Bill C-3's Assault on Democracy'

- Presentación de la legislación (Part 1Part 2Part 3Part 4

El movimiento Idle No More/Basta de Pasividad fue creado por mujeres y es un movimiento popular que empodera a las Pueblos Indígenas para defender sus Pueblos, territorios, tratados y soberanía. Se destaca porque expresamente se distancia de la influencia política y corporativa. No tiene líderes electas/os, ni Director/a Ejecutivo/a, ni burocracia o jerarquía que determine qué es lo que puede o no puede hacer ninguna persona ni Pueblo Indígena. No cuenta con lineamientos impuestos del legado colonial sobre quién se une al movimiento. Por ende, temas referentes a estar dentro o fuera de las reservaciones indígenas, identidad indígena reconocida o no por el Estado, estar relacionado o no a los tratados, ser hombre o mujer, joven o abuelo/a, jefe o ciudadano/a no entran en juego. Este movimiento es incluyente de todos nuestros pueblos.

En mi opinión, el verdadero poder de gobernación de nuestros Pueblos Indígenas siempre se ha ejercido mediante la voz de nuestros pueblos. Nuestros/as dirigentes generalmente eran más voceros/as que representaban los puntos de vista y decisiones del pueblo. De esta manera, el movimiento Idle No More/Basta de Pasividad, liderado por gente de base, se vincula estrechamente con nuestros valores indígenas tradicionales. Pero no es un movimiento en que el pueblo está aislado – sus abuelos y abuelas, líderes electos y tradicionales se unen a él. Este movimiento no compite con ninguna organización política de los Pueblos Indígenas o líderes electos. Este movimiento se avoca a los temas urgentes, no a las peleas de poder, juegos políticos, o competencias por financiamiento del gobierno. Hasta ahora cada cual ha donado su tiempo, dinero, fuerzas, habilidades para hacerlo funcionar, a pesar de las inevitables críticas, rechazos e información errónea.

Sin embargo, lo que destaca a este movimiento popular, también lo vuelve dificultoso de entender para muchos/as canadienses y para los medios. En términos generales, la gente entiende que cada gobierno, grupo u organización tiene un líder, una jerarquía claramente definida, y reglas sobre quién dice y hace cada cosa. Este movimiento, por el contrario, es muy orgánico y primordialmente respeta la soberanía de cada Pueblo Indígena, el cual participa de la manera y en el momento que le parezca, si es que le parece. Así es que algunos/as dirigentes de Pueblos Indígenas optarán no participar, pero algunos de los/as miembros sí. También puede implicar que una comunidad indígena organice talleres mientras que otras personas indígenas en zonas urbanas se unan para organizar una manifestación repentina de danzas tradicionales en ronda.

Pensemos en la multiplicidad de maneras en que este movimiento viene ocurriendo. Hemos realizado talleres en Louis Bull, Saddle Lake y otras Pueblos. Hemos subido información, publicaciones, y videos en la internet para acceso general. Hemos colaborado con los medios para ayudar a educar al público sobre cómo esto le impacta también. Los/as Jefes/as han organizado protestas durante la asamblea de la Asociación de Pueblos Indígenas (Association of Indigenous Peoples, AFN) en oposición a la legislación (incluyendo la Ley C-45). La Jefa Spence está en huelga de hambre en defensa de todos los Pueblos Indígenas y las relaciones pautadas por los tratados con el Estado, que Canadá ha olvidado. Los/as jóvenes en la escuela han organizado plantones de Idle No More/Basta de Pasividad, y ha habido marchas, protestas, y cortes temporarios y parciales de tránsito y ferrocarriles. El tema más importante que unifica todo esto es que son actividades pacíficas que buscan educar a la población canadiense sobre cómo esto afecta a la totalidad de la población. 

Efectivamente tenemos estructura, estamos organizados/as, trabajamos estrechamente entre todos los grupos a lo largo y ancho del país para actuar de manera estratégica, y cada vez somos más. Hemos colaborado con dirigentes de base de los Pueblos Indígenas desde el mero principio y muchos/as de nosotros/as continuamos haciéndolo. Cada vez nos apoyan más personas y grupos conforme más organizaciones se unen al movimiento. Ya tenemos apoyo internacional extendido, que también aumenta día a día. Pronto veremos más y más figuras prominentes presionar a Canadá a que entable un diálogo real y significativo.

Para mí, Idle No More/Basta de Pasividad es una responsabilidad – la responsabilidad de hacerle justicia a los sacrificios de nuestros ancestros, al deber que tenemos como guardianes de la tierra, y a las expectativas que tienen nuestros hijos/as y nietos/as de protegerlos/as. Cada uno/a de nosotros/as tiene esa responsabilidad aunque, en cada momento, cada cual tiene diferentes habilidades, capacidades y oportunidades para cumplirla. Más allá de nuestra situación, creo que todos y todas tenemos esta responsabilidad desde el momento mismo en que se nos bendice con el primer aliento, hasta el último.

Esta responsabilidad implica que no alcanza con trabajar duro, formarse, encontrar empleo y mantener a nuestra familia. Estas cosas son importantes, y nuestros ancestros hicieron todo lo posible para que tengamos un futuro próspero. Muchos incluso negociaron estas provisiones en algunos de los tratados. Pero no alcanza con que simplemente estemos cómodos/as, por lo menos no mientras tengamos hermanos, hermanas y miembros de la comunidad que no tienen qué comer, agua o vivienda. Actualmente, muchos de nuestros Pueblos se encuentran en situaciones de crisis múltiples y superpuestas que requieren atención urgente. Justamente la gente de base que está al frente de este movimiento está ahí porque son quienes carecen de agua potable, vivienda, e instalaciones sanitarias, y los políticos no han hecho mucho al respecto.

Este movimiento es diferente de cualquier otro anterior. A diferencia del movimiento “Occupy”, este movimiento es de personas con historias, objetivos, experiencias y deseos compartidos. En tanto Pueblos Indígenas, estamos todos/as vinculados/as, a todos/as nos importan los futuros de los demás y compartimos la misma responsabilidad de proteger nuestros derechos, culturas, e identidades para las próximas siete generaciones. Este movimiento también es especial en el sentido que fue profetizado – que la séptima generación se levantaría y restituiría la fortaleza de nuestros Pueblos, re-establecería el equilibrio y se aseguraría de que se restituya la justicia a nuestros Pueblos.

Este movimiento también es singular en el sentido en que incluye a la población canadiense como aliada. Al igual que en los primeros tiempos en que llegaron los europeos y necesitaban nuestra ayuda para sobrevivir los duros meses del invierno, e intentaban establecer una nueva vida aquí, los/as canadienses nos necesitan una vez más. Necesitan nuestra ayuda para detener el plan  de destrucción del medioambiente de Harper. Los Pueblos Indígenas representan la última oportunidad de frenar a Harper y la descontrolada destrucción masiva de las tierras, aguas, plantas y animales que compartimos, en nombre del desarrollo de recursos para exportar a países como China. ¿Por qué? Porque sólo los Pueblos Indígenas tienen derechos constitucionales indígenas y por tratados que requieren que Canadá obtenga el consentimiento del los Pueblos Indígenas antes de actuar. Estos derechos también están protegidos a nivel internacional en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Al organizarse los Pueblos Indígenas en Idle No More/Basta de Pasividad para oponer esta legislación, lo hacen para proteger los intereses de toda la población – Pueblos Indígenas y canadienses. Los recursos más preciosos en los próximos tiempos serán las tierras fértiles y el agua potable. La falta de agua limpia impacta a la totalidad de la población. Nos organizamos no sólo para defender nuestras tierras y aguas, sino también para restablecer justicia para los Pueblos Indígenas y democracia para los y las canadienses. Podemos trabajar en conjunto para derrotar esta amenaza a Canadá y encontrar una manera de compartir las tierras y los recursos como lo buscaban los tratados.

Cuando preguntan qué queremos, hay dos aspectos que considerar:

(1) A corto plazo, Canadá debe retractar las nuevas leyes que impactan a los Pueblos Indígenas, modificar las leyes polifacéticas que amenazan a nuestras tierras y aguas, y restituir el financiamiento que se le quitó a las organizaciones y comunidades de Pueblos Indígenas que reivindican sus derechos.

(2) A largo plazo, Canadá debe implementar un proceso de Nación a Nación mediante el cual los Pueblos Indígenas y Canadá puedan abordar muchos de los temas pendientes en relación a la implementación de los tratados y el uso compartido de  las tierras y recursos.

Lo que queremos es ser libres – libres de gobernarnos como nos parezca, libres de gozar de nuestras identidades, culturas, lenguas y tradiciones – por ej. vivir una buena vida como nos parezca. Esto implica que Canadá debe respetar nuestra soberanía y dejar de lado la idea de manejar nuestras vidas. Visto que Canadá se ha esmerado en ponernos en la situación en que nos encontramos, Harper deberá entrar al diálogo con un poco de buena fe y  brindar soluciones para abordar la crisis actual a la que se enfrentan muchas de nuestras comunidades en relación a las necesidades básicas – agua, instalaciones sanitarias, vivienda, y educación. Si lo único que Harper puede hacer es presentarse a una reunión el 24 de enero como lo solicitó la AFN, nuestros ciudadanos/as más vulnerables no tendrán justicia.

A mi maneara de ver, Idle No More/Basta de Pasividad representa el trabajo conjunto de Pueblos Indígenas de toda la Isla Tortuga para colaborar y restituir el amor propio de nuestros Pueblos, para defender nuestros derechos y cumplir con las responsabilidades que tenemos con cada uno/a de nosotros/as y la Madre Tierra.

Me da esperanza, cuando muchos/as habían perdido la esperanza de que nadie se mostraría de su lado.

Ha inspirado orgullo en nuestra identidad indígena porque nuestros Pueblos y nuestros estilos de vida son hermosos y deben ser valorados y defendidos.

Ha inspirado liderazgo en aquellos/as que pensaban ya no tener nada que brindarle a sus Pueblos.

Ha inspirado una reconexión de jóvenes con abuelos/as, de ciudadanos/as con líderes y de hombres con mujeres, a quienes muestran su apoyo.

Ha inspirado a los pueblos más oprimidos a levantarse y hacerse oír.

Estamos con vida nuevamente y los espíritus de nuestros ancestros caminan a nuestro lado en este viaje.

Tengo fe en el poder de nuestros Pueblos - ¡Podemos lograrlo!

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